Escoge tu idioma

Bienvenida


Anuncios

Bienvenida

Publicidad

jueves, 19 de diciembre de 2024

Sueños logrados. «Si se puede».

Merquicedec y Enmanuel; dos seibanos que seguirán el legado de otros grandes al servicio de la Patria en la Armada de República Dominicana.

Por / Cesarin Leonardo Febles M. A.

Criados en esta oriental ciudad, en la tierra de grandes hombres de batallas como la de Palo Hincado. De fieros soñadores, talentosos artistas y tenaces comunicadores, Merqui y Enmanuel, ejemplos a seguir, dos jóvenes seibanos que demuestran con pasión y determinación si se pueden alcanzar las metas, aún se vean imposibles.

Es la historia de dos hijos de este terruño que ha visto olvidarse, que aquí, en 1844 un 25 de febrero ocurrió el primer asalto a una guarnición del opresor para que dos días más tardes en la Puerta de la Misericordia se gritara libertad y se enhestará la tricolor, hasta hoy cuyo escudo reza: Dios, Patria, Libertad» con la Biblia abierta en Juan 3:16.

Merquicedec de la Cruz Aquino y Enmanuel Enrique Marte Santiago son el resultado de una abuela y una madre, dos virtuosas comprometidas y anegadas seibanas cuyo esfuerzo y dedicación acompañado de su inquebrantable fe en Dios, les premió con estos dos ya tenientes de corbeta, dignos egresados de la Academia Naval Vicealmirante César de Windt Lavandier de la Armada de República Dominicana.

Ellos, guarda marina de la promoción 2021-2024, se suman a la gran cantidad de destacados hombres y mujeres que en la historia de nuestro país han servido a esa patria cuyo vientre (Manuela Díez Jiménez), de su ideólogo (Juan Pablo Duarte), es seibano.

Doña Manuela Valdez conocida en su barrio como Fidel fue la abuela que acogió y guio a Merqui desde que tan solo tenía dos años, y no pudo aguantar las lágrimas al escuchar el nombre de su hijo cuando el presidente de la República Dominicana Luís Abinader Corona le entregaba el sable tras la lectura de la orden general 042-2024 que ascendió a tenientes de corbeta, tanto a Merqui y a Enmanuel como a otros 24 guardia marina.

«Yo no quería, que él me tomara esa decisión, (…), me convenció y yo se lo acepté y lo apoyé. En lo primero días que mi hijo se fue para mí fue lo más grande.» comenta.

Tras su ingreso a la Academia y según pasaron los días, dice se adaptó. Que él quería llegar ahí y «le aconsejaba que se portara lo mejor que pudiera, (…), en todo momento haciendo las cosas todo el tiempo a la derecha, con seriedad, con la frente en alto, y fui acostumbrándome, yo siempre lo esperaba con los brazos abiertos».


«Ahora ya que llegó el último tiempo que fue el de ayer, me sentí llena de gusto, me sentí muy feliz al, mi hijo por lo menos lograr lo que él quería, porque vuelvo y le repito, por mi había sido él no había llegado hasta ahí, porque yo no quería, pero lo deje que por lo menos llegara y ahora ya me siento muy agradecida y me siento conforme porque mi hijo hizo lo que el deseaba» destaca la señora Valdez quien resalta que en el momento de escuchar el nombre de Merqui y ver que el presidente Abinader le entregaba el sable sintió mucho orgullo.

Al hablar de su experiencia, Merqui destaca como inolvidable el viaje a la isla de Martinica, donde pudo poner en práctica todo lo aprendido en las aulas. «Fue allí donde entendí realmente el valor de la teoría cuando se convierte en acción. Durante estos años, he vivido experiencias y aprendizajes que jamás olvidaré. La academia abrió puertas y brindó oportunidades que me permitieron crecer como persona y profesional».

«Hoy, al mirar todo lo vivido, quiero transmitir un mensaje a la juventud: no hay mayor satisfacción que cumplir con el deber, que dar lo mejor de uno mismo y saber que se ha hecho lo correcto. La satisfacción de servir, de enfrentar desafíos con valentía, es el verdadero placer que te deja una carrera llena de sacrificios, pero también de recompensas inmensurables» sostiene de la Cruz Aquino.

Por su lado, Milagros Santiago la madre de Enmanuel nuestro otro ejemplo a seguir es además maestra y periodista, labora en la emisora Radio Seybo y su voz se quiebra al recordar que cuando su hijo ingresó a la Academia Naval se estaba en plena pandemia, y lo más difícil para llevar a cabo el ingreso, fue poder hacerle la prueba del COVID a su hijo luego de lograr todas las demás analíticas exigidas. «Esos tres meses sin ver a mi hijo, del cual nunca me había separado, fueron una eternidad».

Santiago cuenta como esa primera vez que fueron a verlos a la Batallita estuvieron a punto de perder la vida, pero que Dios se las guardó, ya que fueron atracados por delincuentes, los cuales le robaron varios artículos incluyendo su anillo de graduación, tres celulares entre otras cosas incluyendo el dinero que le lleva a su vástago.

«Nosotros vimos ese logro, que se lo pedía a Dios a cada instante, (…), y yo decía tú estás ahí en ese centro porque eres hijo de Dios, (..), «Me siento orgullosa de él. El hecho de estar a su frente, colocarle su kepi, luego colocarle su anillo es una muestra de que sí se puede, que podemos lograr todas las cosas que nos propongamos, pero siempre tener a Dios presente y delante de nosotros», destaca la madre que cataloga a su hijo como un héroe.

«Merqui para mí es como si fuera Enmanuel» sostiene Santiago al valorar la relación que tras el ingreso de los muchachos a la Academia Naval sostuvieron y mantienen tanto los hoy guarda marina como el resto de la familia.

Suanny quien llevaba a Enmanuel a la Academia la mayoría de las veces, sostiene que ver al presidente Abinader entregar ese sable de mando a su hermano «fue una sensación indescriptible, fue un sentimiento de orgullo si igual».

Enmanuel expresa que no tiene forma de agradecer a su familia por su apoyo desde el día cero hasta el final. Cuenta que uno de los momentos más difíciles que vivió en estos años fue cuando su abuela falleció. «Quise abandonar» expresa.

Cuenta que sintió orgullo cuando vio que un aula de la Academia lleva el nombre del contralmirante León O. José Rojas Beras Zorrilla, «un seibano que un gran líder de la Marina de Guerra hoy Armada», lo que le inspiró a tomarlo como aforo a seguir en la carrera.

Emmanuel dice dedicar su logro a su abuela, a su madre y dentro de sus planes y nuevas metas están desarrollar un inglés avanzado y seguir estudiando y realizando nuevos estudios en su carrera para seguir creciendo en el ámbito marítimo y personal.

Recuerda los nervios que tenía cuando el presidente Abinader le expresó que está orgulloso de ellos y les reiteró el compromiso con la patria.

Al dirigirse a la juventud expresa con un suspiro, indudablemente emocionado que «Aunque sea vea imposible la perseverancia, el esfuerzo y el sacrificio dan sus frutos cuando hacemos las cosas con pasión».

Tanto en la Academia Naval Vicealmirante César de Wundt Lavandier, como en otras instituciones académicas militares o no, son muchos los seibanos que se han destacado no solo por su disciplina y cumplimiento del deber sino también por su valentía, lealtad y seriedad, y la dedicación y empeño a que otros también puedan acceder a ellas y cambiar para siempre sus vidas y las de sus familias. Uno de ellos, con quien nos une más que la seibanía el deseo de que otros se superen, es el capitán de navío José Antonio Otto Hidalgo, quien considera que entrar a la Academia Naval es parecido a «ganarse la lotería de Miami», debido al amplio espectro de oportunidades que se obtienen al concluir.

El ejemplo de Merqui y Enmanuel, estos dos aguerridos, no solo debe inspirar a nuestra comunidad, sino también a toda esta generación de jóvenes que tienen tanta tentación a optar por lo fácil, que a la postre tanto para ellos como para sus familias es muy peligroso.

Ellos han seguido y ampliarán el legado de decenas de comprovincianos que como Beras Zorrilla, Otto Hidalgo, Santana Páez , Guzmán Peralta por citar unos cuantos han servido y sirven a la patria en distintos cuerpos castrenses y/o entidades e instituciones públicas y privadas en el territorio nacional y que desde superar la incertidumbre de salir de su tranquilo hábitat en El Seibo hasta enfrentar dificultades económicas, las pruebas de carácter y mantener siempre la fe en Dios y el compromiso con sus sueños, han demostrado que con perseverancia, el esfuerzo y sacrificio por difícil que sea el camino el éxito se puede alcanzar.

A la juventud dominicana y del mundo

Sigan el ejemplo de las inspiradoras historias de Merqui y Enmanuel. No permitan que los desafíos les roben sus sueños. Aunque el camino parezca difícil, cada sacrificio vale la pena cuando se actúa con la fe puesta en Dios, con pasión y determinación. Recuerden siempre que, como ellos, pueden transformar lo imposible en realidad. Sueñen en grande, trabajen duro y nunca dejen de creer en lo que su supremo creador ha depositado en ustedes.

¡Como Merqui, Enmanuel y esos otros 24 jóvenes ejemplos, ustedes también pueden hacer historia!














 

No hay comentarios:

Compartenos en: