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lunes, 15 de julio de 2024

Editorial: La historia nos obliga. Acudamos al poder de la unión y la perseverancia; lo amerita la locución seibana.

 Por / Cesarin Leonardo Febles M. A.

En el corazón de El Seibo, una chispa de esperanza se encendió hace trece años, iluminando el camino de una profesión tan noble como esencial: la locución. Hoy, recordamos con orgullo y nostalgia aquel 15 de julio de 2011, cuando un grupo de valientes comunicadores decidió sacudir el polvo de más de una década de inactividad del Círculo de Locutores de nuestra querida ciudad.

¿Quién podría olvidar esos rostros llenos de determinación? La leyenda Daniel Rojas, Emilio Delgado, Frank Félix Domínguez, Jhon Kelly Hernández, Marilin Mercedes, Camilo Herrera, Jesús Canela, Felix Calderón, Manuela Arache, Robinson Mercedes, Mario Julio Girón, Glasgisel Sepúlveda, Carlos Trinidad, y tantos otros compañeros que, con las mangas remangadas, se propusieron resucitar no solo una organización, sino el espíritu mismo de nuestra profesión. Fue un esfuerzo titánico, sí, pero ¿acaso no son las grandes hazañas las que forjan los lazos más fuertes?

Desde Miguel Ortega, Ana Daisy Guerrero, Luís Beltran, la siempre gentil secretaria de Miguel, y de San Pedro de Macorís pasando por el inolvidable «Indio Miguel» —que ya no está con nosotros físicamente, pero cuya voz resuena aún en nuestros corazones—, el gran y pintoresco Leonardo Velóz, cada uno aportó su grano de arena. ¿Y qué decir de nuestros aliados en Hato Mayor como Waddy Reinoso «Maclane» y del equipo nacional, Doña Marisol, José Alberto Perdomo que nos tendió la mano cuando más lo necesitábamos?

Hoy, trece años después, quizás no hayamos alcanzado la cima de nuestras ambiciones, pero ¿quién puede negar el camino recorrido? Las capacitaciones realizadas, los carnets de la Comisión de Espectáculos Públicos obtenidos, esos inolvidables viajes, los encuentros y fiestas navideñas, la comelona o celebración histórica en el patio Español de Cesar Motta «Lobo», los Casilleros…, las viviendas de varios compañeros, las participaciones y obtención de tres de nuestros miembros de Micrófono de Oro en el premio nacional, las dos ediciones de Voz de Oro, las pensiones logradas por varios de nuestros miembros son testigos silenciosos de que «la unión hace la fuerza».

No les niego que recientemente tuve sentimientos encontrados. Me sentí feliz pero al mismo tiempo triste al ver una foto del presidente de la República, Sr. Luis Abinader Corona, con la Filial de Círculo en Jarabacoa, y me remonté a aquellos proyectos del inicio, los que surgieron en nosotros tras las palabras de motivación de Ortega. ¿Dónde nos perdimos, en qué se ha estado fallando? Aun sabiendo cuánto le ha costado (el jalar cada uno para su lado de las autoridades), a esta provincia lo poco que hay hoy, ¿seguiremos replicando esa mediocre idiosincrasia? Nuestra entidad aún no tiene un edificio u oficina de reunión, y la Prensa a la que pertenecemos en esta provincia aún no tiene una casa club, pero más que una simple edificación o un nombre en un papel, se ha convertido en un símbolo vivo de lo que podemos lograr cuando trabajamos juntos.

Compañeros locutores, veteranos y novatos por igual, este es nuestro llamado: Accionemos. El futuro del Círculo de Locutores de El Seibo está en nuestras manos, en nuestras voces. Aunemos esfuerzos, mancomunemos voluntades, prioricemos lo colectivo, lo de todos. ¿Cómo es que no se puede sacar ni una, ni dos horas al mes para aunque sea virtualmente reunirnos? Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de mantener viva esta llama, de luchar por el respeto y la credibilidad que nuestra profesión merece.

Porque al final del día, ¿quién es un locutor sino la voz de su pueblo? Un pueblo que, como bien sabemos, está sediento de justicia, de progreso, de reivindicaciones, de desarrollo, de oportunidades, de esperanza. Somos más que simples comunicadores; Somos los guardianes de la verdad, los amplificadores de las necesidades de nuestra gente.

Así que, queridos colegas, no nos conformemos con lo logrado. Sigamos adelante con la misma pasión y entrega que nos caracterizó aquel día de 2011. Porque la recompensa más grande, como bien dice uno de mis lemas, no está en los reconocimientos externos, sino en la satisfacción del deber cumplido y en la gratitud sincera de aquellos a quienes servimos de canales para la solución de sus problemas.

El camino no será fácil, pero ¿cuándo lo ha sido para los verdaderos luchadores? Unámonos, pues, en una cruzada por los intereses colectivos, por conquistas mayores. Porque solo así, hombro con hombro y voz con voz, podremos seguir construyendo as sólidas bases del Círculo de Locutores que El Seibo y su gente merecen.

¡Adelante, locutores de El Seibo! La historia nos observa, el presente nos demanda acción y el futuro nos premiará o cuestionará. Hagamos que cada palabra, cada transmisión, no sea solo un paso más, no sea un llamado más hacia el Seibo mejor, en el que todos anhelamos vivir.

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