Por / Cesarin Leonardo Febles M.A.
El Seibo, una ciudad con riqueza cultural y paisajes cautivadores, se encuentra asediada por una problemática que pone en riesgo la salud y el bienestar de su ciudadanía: la contaminación sonora causada por motocicletas.
En la primada de Oriente, el ensordecedor rugir de las motocicletas se ha convertido en una perturbadora sinfonía urbana. Mientras algunos motociclistas buscan destacar con estruendosas maniobras, la ciudadanía padece los graves efectos de la contaminación sonora. Ahora que los partidos políticos y sus precandidatos, especialmente el oficialista, están tirados a las calles en busca del favor del electorado y que se realizan actividades masivas se pone más grave el asunto.
En la delicada labor de análisis de las tendencias y problemáticas que impactan negativamente la convivencia ciudadana en nuestro terruño y el esfuerzo constante de contribuir aunque sea alertando por medio a un escrito, hemos consultado en diversas fuentes lo que diversos autores han investigado, alertado y advertido sobre los efectos negativos de la contaminación sonora en la población.
En este artículo, analizaremos las consecuencias que este estruendo sobre ruedas tiene en la ciudadanía de El Seibo, citando varios autores reconocidos, y propondremos soluciones urgentes que las autoridades deben considerar para abordar esta problemática de manera eficiente.
Se llama contaminación sonora, contaminación acústica o contaminación auditiva a la presencia de ruidos molestos, ensordecedores o contantes, así como a la proliferación simultánea de ruidos excesivos en un área determinada, afectando así de manera negativa la calidad de vida de los seres humanos y los animales. Aunque el sonido no se acumula y perdura como lo hacen otras formas de contaminación, generando daños a largo plazo, la presencia de contaminantes sonoros tiene un impacto directo e inmediato en la vida a su alrededor
Según David B. Kemkers, especialista en medio ambiente y autor del libro «Contaminación acústica: Medición, evaluación y control del ruido ambiental, la contaminación sonora es el exceso de ruido que altera las condiciones normales del ambiente en una determinada zona. Es un tipo de contaminación que afecta principalmente a las áreas urbanas, causando efectos negativos en la salud física y mental de las personas, así como en la calidad de vida y la convivencia ciudadana.
Consecuencias en la ciudadanía:
- Salud física y mental afectada: Según el estudio realizado por la Dra. Laura Ramírez, experta en salud pública, la exposición constante al ruido de las motocicletas puede ocasionar problemas auditivos, trastornos del sueño y aumentar los niveles de estrés y ansiedad en la población. Estos impactos negativos en la salud afectan el bienestar general de los ciudadanos.
- Perturbación del entorno y la convivencia: El informe elaborado por el Dr. Manuel González, urbanista y especialista en medio ambiente, destaca que el ruido generado por las motocicletas interrumpe la tranquilidad y la armonía del entorno urbano. La convivencia ciudadana se ve afectada por la invasión de un ruido ensordecedor en zonas residenciales y áreas de recreación.
- Riesgos en la seguridad vial: El Dr. Carlos Fernández, experto en seguridad vial, advierte que el exceso de ruido en las motocicletas puede distraer a los conductores y peatones, aumentando los riesgos de accidentes de tráfico. Además, los conductores que buscan destacar con maniobras ruidosas pueden poner en peligro la integridad de otros usuarios de las vías.
Analizada la situación y vistas las consecuencias de la contaminación sonora y el Silente reclamo de una población que usualmente no reclama aún cuando está siendo gravemente afectada, se requieren urgentes y contundentes respuestas de parte de las autoridades.
De nada valdría abordar una problemática tan latente sin hacer algunas propuestas a las autoridades de El Seibo de algunas acciones que a nuestro entender deben ejecutarse:
- Educación y campañas de concientización: Se deben desarrollar campañas educativas dirigidas tanto a los motociclistas como a la población en general. Estas campañas deben informar sobre los efectos negativos del ruido y promover una conducción responsable y respetuosa con el entorno y la comunidad.
- Regulaciones más estrictas: Las autoridades deben establecer límites máximos de ruido para las motocicletas y exigir el cumplimiento de estándares técnicos en sus sistemas de escape. Sanciones severas deben aplicarse a quienes incumplan estas regulaciones, con el fin de disuadir prácticas ruidosas.
- Incentivos para tecnologías silenciosas: Las autoridades pueden incentivar el uso de tecnologías y dispositivos de escape más silenciosos en las motocicletas, ofreciendo beneficios fiscales o subvenciones para su adquisición. Esto fomentará la adopción de soluciones más amigables con el medio ambiente y la comunidad.
- Mayor control policial y vigilancia: Es fundamental incrementar la presencia policial en las calles y los barrios para controlar el ruido de las motocicletas y sancionar a aquellos que generen molestias con maniobras ruidosas e imprudentes especialmente en los talleres en calles y patios.
- Fomento de espacios para motocicletas: Crear áreas designadas para el uso de motocicletas, especialmente en zonas donde su impacto sonoro sea menor, puede contribuir a reducir la contaminación sonora en áreas residenciales y de esparcimiento. Un espacio para que los motoristas puedan desarrollar sus competencias y exhibiciones de manera que no tengan que hacerlo en la ciudad.
En el entendido que la contaminación sonora de motocicletas en El Seibo representa una amenaza latente para la salud y el bienestar de su ciudadanía, los efectos negativos en la salud, la convivencia y la seguridad vial, es necesario exigir se tome una serie de acciones inmediatas por parte de las autoridades.
Reiteramos nuestra propuesta con acciones que pueden considerarse la implementación de regulaciones más estrictas, campañas educativas, incentivos para tecnologías silenciosas y una mayor vigilancia policial ya que son medidas clave para contrarrestar esta problemática y proteger la calidad de vida de los habitantes de El Seibo. La ciudad y sus ciudadanos merecen rescatar la paz y tranquilidad que los motociclistas ruidosos les han arrebatado. Es hora de actuar con determinación y responsabilidad para eliminar este estruendo sobre ruedas.
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