La vida nos da al humano la oportunidad de ser interesante ante los demás. Solo aguardar el turno que tenemos designado para bien ejecutar. Llegado el momento es obvio decirte, que si no te has preparado en el ámbito de tu competencia para enfrentar con éxito los retos que se te han de presentar será un total y rutundo fracaso. Nunca el empirismo en la direcciones de las instituciones ha dado resultado positivo. Muy por el contrario, esto hace que tú cómo ejecutivo tomes determinaciones sin saber cuál será el resultado.
Es aún mucho más amargo cuando se fusionan el empirismo y la arrogancia en el supuesto líder que ha de administrar y direccionar el cargo. La mayoría de sus decisiones serán desacertadas , un desastre para la comunidad , a la cual ese hijo o hija se comprometió en un momento dado de su vida servirle con eficacia.
El arrogante normalmente es incompetente, por lo que nunca podrá hacer buenas ejecutorias a favor de su colectividad. Se desplaza en el camino de la hostilidad porque constantemente está violando las leyes positivas. Ignora incluso el protocolo de la institución que está llamado a bien direccionar . Por no escuchar opinión de posibles asesores y naturalmente pesarle por encima ( ignorancia) cuando aceptan que sean comentadas es que entonces se granjea el cuestionamiento social.
De modo, que al llegar el momento de sustitución o destitución del puesto público ( nada es para siempre) vienen las algarabías de los aplastados de forma incorrecta y por el manejo imprudente de un cargo que te dió la oportunidad de brillar frente a tu sociedad que te vió nacer y que esperaba con ansia buenas nuevas de usted.
La ignorancia siempre será atrevida , no importa el dinero que tengas ni donde puedas llegar. El ignorante camina en el desierto...
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