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EL SEIBO.- Esta ciudad no solo es la ciudad más antigua del Este (1502), sino además, la que en sus escarpadas montañas se avistan los saltos o cascadas de agua más espectaculares del país
Aunque desconocidos por la generalidad de sus habitantes, por los escabrosos de los caminos para llegar a ellos y por estar bien oculto en la Sierra de El Seibo, son además, verdadero refugios de vida silvestre.
Hay que ser un aventurero extremo para visitar los saltos La Jalda, Cocuyo, Jayán, Camarón, Llovedera, Salto Grande, El Jobo, Yagrumo y otros que se ocultan en la cola de la Cordillera Oriental.
Representan una reserva de fauna y flora de suma importancia para la República Dominicana.
Los Saltos de Miches, principalmente La Jalda, Llovedera, Brazo Corto, Jayán, Cascada Blanca y El Cedro ofrecen variadas alternativas para vivir la naturaleza.
Se realizan travesías en 4x4; actividades de supervivencia en plena selva; Turismo de Estancia con cabalgatas, caminatas, paseos en jeep, y el mejor servicio artesanal y casero.
Son opciones para el disfrute ecoturìstico, que se han ido abriendo al ojo del desarrollo del turismo de montaña en el Este del país.
Esta es la mejor época para conocer los saltos o cascada, ya que las lluvias permiten que el agua fluya más.
La recomendación es que te acompañes de algún guía oficial para emprender los caminos que te llevarán por los senderos del placer y el disfrute de la naturaleza.
Las aguas termales y gélidas de La Jalda, Llovedera, El Cedro, Cascada Blanca, Jayán, son producidas, quizás, por los copiosos bosques que les aguardan.
Las aguas le llegan del paso subterráneo que entrelazan la cordillera Oriental.
Introducirse en las montañas y descubrir las chorreras que se desprenden de las alturas de las escarpadas montañas y que golpean las rocas y copas de los árboles, humeando en su caída, es sencillamente espectacular.
El Llovedera, localizado en una montaña del distrito municipal El Cedro, en Miches, es un paraíso rodeado de mucha vegetación y que, indudablemente, es una belleza natural casi inexplorable.
La Llovedera está en medio de un cañón de rocas de agua dulce y un espeso bosque. Es una catarata donde el sol no penetra y su agua es casi escarcha de hielo.
Con más de 40 metros de altura, Llovedera es un reto digno para los amantes de la naturaleza.
Para llegar al lugar, hay que caminar más de 20 kilómetros desde la comunidad de El Cedro, a pie o a caballo por caminos a veces cenagosos, otras veces escabrosos, cruzar túneles de majagua, helecho y plantaciones de caucho.
LA JALDA
Se trata de una caída natural de aguas termales de aproximadamente 120 metros de altura, formada por el río Magua, que a su vez da origen a un conjunto de saltos y charcos que nacen en el parque Nacional Saltos La Jalda, entre Miches y Sabana de la Mar.
Para ir a la cascada se puede ir a pies, montando animales y helicópteros. La ruta más corta es por la comunidad de Magua, a 20 kilómetros al Este de Sabana de la Mar.
Lleve zapatos o tenis que agarren bien en la tierra, porque hay que caminar más de media hora por una vereda matizada por pequeñas elevaciones boscosas hasta la cascada.
EL COCUYO
El Cocuyo, es un espectáculo de la naturaleza en El Seibo, con 115 metros de caída de agua, que al descender en medio de los pastizales forma una impresionante correa de agua que brilla en la noche y atrae y deleita a turistas y excursionistas por su imponencia y la hermosura del lugar.
Está localizado en la sección La Majagua, en el distrito municipal de Pedro Sánchez, a 15 kilómetros al norte de El Seibo, en la carretera que lleva al costero municipio de Miches. Es rico en fauna y flora.
Para muchas personas estas aguas tienen poderes curativos.
Recostado sobre la montaña Limón, El Cocuyo sirvió para un filme publicitario de la compañía tabacalera Marlboro. Atrapado en la cordillera Oriental con hermosa vista desde la carretera Seibo-Pedro Sánchez-Miches.
El nombre “Cocuyo” significa “lugar de luz”. Cuenta una hermosa leyenda, muy socorrida en Pedro Sánchez, que los taínos llevaban sus mujeres a dar a luz en este lugar porque sus aguas son muy cristalinas y ricas en minerales y aún hoy en día se dice que es la mejor agua de la zona.
Para los nativos recientes el nombre se debe a la gran cantidad de luciérnagas o cocuyos que se ven desde muy lejos en esa zona a tempranas horas de la noche. Al tener esta agua tantos minerales produce que los terrenos de la zona sean muy fértiles, por lo que son aprovechados por los nativos para la siembra de cacao, café, pasto para ganado y frutos menores.
El Jayán tiene una escalera debajo de la sábana de agua, por la cual los vistitnates pueden trepar y lanzarse.
Llegar a este salto no es tarea fácil, por estar entre montañas, pero definitivamente, disfrutar de las aguas frescas de las cascadas, vale la pena.
Salto Jayán es una gigante corriente de agua que se desprende a unos 35 metros de altura por una empinada escalera de rocas y agua, que provoca la curiosidad del visitante.
Posee rocas en su caída que se asemejan a una escalera de agua, por donde se puede trepar para lanzarse a su charca. Es un salto que brilla entre el bosque oscuro que le rodea.
Por más brillante que esté el sol y la oscuridad que regala el bosque, las aguas de Jayán parecen escarchas de hielo.
Cuando se está en la charca y se mira hacia el chorro de agua, parece que el torrente choca con las copas de los árboles que rodean su entorno. Para verlo y saber que existe hay que llegar a él, porque el copioso bosque no permite visualizarlo de lejos.
BRAZO CORTO
Ubicado frente a laguna Limón y el océano Atlántico, en el distrito municipal de El Cedro, al sureste de Miches, está Brazo Corto, uno de los saltos más visitados de esa zona, por tener la particularidad de alumbrar “hijos de agua”.
Está bajo el cauce del río El Cedro, con más de 45 metros de caída libre de agua, rodeado de bosque tropical. Unos cuatro pequeños saltos nacen de Brazo Corto, con espectaculares caídas de agua.
Conocerlo no es un simple viaje; es una expedición por lo engorroso y húmedo del terreno, pero cuando se llega nadie quiere salir de las chorreras que se desprenden a más de 40 metros de altura.
Se han habilitado senderos por los cuales se desciende agarrados a cordeles de alambres de teléfono, que los lugareños han colocado de árbol en árbol hasta llegar a las charcas de Brazo Corto y su hijo Brazo Chiquito, que no es tan chiquito, ya que mide 35 metros de altura.
CASCADA BLANCA
Cinco cascada en una sola montaña forman a Salto Grande o Cascada Blanca en El Seibo, cuyas aguas se conjugan con la brisa produciendo un verdadero concierto natural, único en el país.
Se pueden observar la flora y la fauna ingresando por las picadas, descubriendo a cada paso cómo conviven armoniosamente mil formas de vida: árboles, arbustos, lianas, helechos silvestre o de sabana, enredaderas, junto a las aves, mamíferos, reptiles, peces y anfibios en un equilibrio natural sin igual.
Para llegar a algunos de estos saltos de agua es necesario caminar por debajo de plantaciones de cacao, que forman parte del paisaje de la ruta del Cacao en la región Este.
Las cascadas del Este han sido pocas exploradas, sin embargo, poseen atractivos que a muchos encanta.
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