A propósito de que ayer 31 de junio, último día de la primera parte del año se celebrará el Día de Maestro y la Maestra en la República Dominicana y además el 105 aniversario del Nacimiento de Juan Bosch y Gaviño, el acontecer político actual, el accionar de los que son sus supuestos adeptos y seguidores dista mucho del paradigma de conducta moral y ético que este debió dejarle.
No es que le cuestioné sus enseñanzas en el ámbito político a los que debieron haber decidido el legado de este prohombre de la historia Dominicana, tampoco es que quiera decir que todos/as se apartaron y siguieron otros senderos muy alejados de pulcro camino que quiso que primero el hacho y luego la estrella iluminara.
No es simplemente decir que son otros tiempos, que nuestra sociedad ha cambiado bastante desde 1962 hasta la fecha, que han debido modificarse la forma de hacer las cosas pero que en el fondo en su fin último es servir a la Patria pues sino de vive para servir no se sirve para vivir como acuño de Maria Teresa de Calcuta el insigne e ilustre profesor.
Las prácticas clientelísstas, las infames y bochornosas fortunas, las muestras de irrespeto al patrimonio nacional, las dilatorias tácticas legislativas en desmedro de nuestros recursos naturales, las trabas indecentes y los procedimientos y ejecutorias tardías, la ceguera judicial que se evidencia en este país a mi me despierta una duda y surge una incontenible interrogante.
¿No fue Bosch un buen Maestro? o ¿sus alumnos fueron muy malos estudiantes?
En este país hay una nueva generación e incluso de las anteriores que anhelan ver que los sueños de Juan Pablo Duarte, de Juan Bosch al menos se den visos que te se persiguen, que se intentan hacer realidad.
Hay quienes esperan que todos/as tengamos iguales oportunidades y derechos a recibir los beneficios del Patrimonio Nacional, no que unos/as pocos/as "iluminados" derrochen y malgasten a sus anchas lo que se les niega por los carentes servicios de salud, vivienda, seguridad, alimentación y educación a esta sociedad "en vías de desarrollo".
Me molesta ver, sentir, palpar y hasta convivir con una masa silente, sumergida en el oscurantismo, en la ignorancia, en la desgracia de no saber reclamar que quiénes laceran (para beneficiarse) sus esperanzas de una mejor vida, paguen por las lágrimas y los gritos de hambre de comida y de conocimiento del futuro del país.
Cada día más es evidente que se acerca la venida de Jesús y que esto por más que queramos ya nadie lo arregla, pues en los intereses continuístas de los Danilistas que aspiran a modificar la constitución para la reelección de Medina y en los Leonelistas que por 2 años han estado supuestamente fuera, pero con la pacoya, no vemos más que la misma ambición de poder que en la de los del otro lado, que un día fueron la Esperanza de la gente, pero que con los tropiezos y los tablazos que se aproximan dudo puedan mostrar una opción a la gente que esperan por una práctica política más equitativa y justa.
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