Francisco Chahín Casanova
Un Seibano de pura sepa
Por / Danny Mercedes
Especial para Seiboaldia
El
Seibo, Rep. Dom.- Francisco Casanova, el tenor universal, nació en esta ciudad
histórica de Santa Cruz de El Seibo, el 13 de Octubre de 1957. Su nombre verdadero es “Francisco Nicolás Chahín Casanova”, conocido artísticamente en el
mundo como Cuarto Tenor “Francisco
Casanova”, y para sus amigos seibanos cariñosamente “Chiquin”, hijo de los cantantes y músicos seibanos Alfredo Chahín
y Barbarita Casanova, Chiquin es el
hermano menor de Sandra, Tamara y Pipo, los cuatro (4) hijos del matrimonio
Chahín Casanova, a quienes los unió la música.
El
mercado artístico internacional, en 1998, lo bautizó como Francisco Casanova, quitándole el
apellido Chahín, de su padre, porque para los norteamericanos era muy difícil
de pronunciar y el Casanova, de su madre es más pegadizo.
Francisco
Casanova comenzó sus estudios musicales a los siete (7) años en su pueblo natal
Santa Cruz de El Seibo, con su madre Doña Bárbara Casanova y siguió con el
Maestro Cuto Estévez, quien dirigió la banda de música de El Seibo por muchos
años, sus estudios de canto los inició en el Conservatorio Nacional de Música
de Santo Domingo, bajo la tutela de Don Rafael Sánchez Cestero.
Francisco
Casanova es heredero de una sabia cultura musical, que eleva no solo su voz,
sino el nombre de su pueblo natal El Seibo y toda la República Dominicana por
ser un auténtico embajador de la excelencia de la música culta por todo el
mundo, pues auditorios abarrotados le aplauden de pie, cautivados por el
embrujo de su voz.
Desde
1991, Francisco es discípulo del renombrado tenor Italiano Pier Miranda, quien
lo escuchó cantar por primera vez en una
transmisión por televisión del Concurso Internacional de Canto Francés Viñas de
Barcelona, en 1990.
El 19 de
enero de 2001, Casanova debutó en el Metropolitan Opera House, en el papel de
Manrico, de la Época II TRabatore, este seibano ha ganado en tres (3) ocasiones
el Premio Casandra, en la Categoría Artista Clásico destacado en el extranjero.
Este
tenor debutó con gran éxito en el Camegie Hall de Nueva York en abril de 1999 y
su papel contó con la aclamación tanto de la audiencia como del Director de la
Orquesta de Opera de Queler y en la temporada de 1999-2000 hizo y repitió la
hazaña con la Nueva Opera Israelí.
Sus
contratos siguientes incluyeron un regreso al Camegie Hall durante la estación
2000-2001 donde habría de interpretar Amigo en la Baltaglia di Legnano de
Vendi, también bajo la dirección magistral de Queler.
Como
tenor de la Orquesta de la Opera a Casanova se le dió una prestigiosa
aclamación en Nueva york, otros contratos de esa estación incluyeron el Requien
con la sinfonía de Columbus, funciones de verdi del concierto de cavaradossi en
tosca con la orquesta sinfónica de San Antonio y futuros contratos en la opera
metropolitana incluyendo funciones de la reposición de Tosca y Nabucodonosor.
En el
1996 Luciano Pavarotti le eligió personalmente para que lo sustituyera en la
Gala Pavarotti Plus, en marzo de ese año se alternó con el tenor italiano en el
reparto de Tosca en el Metropolitan Neuyorquino, donde ya ha cantado algunos de
sus mejores papeles.
Para
Francisco Casanova, viajar por el mundo no le hace olvidar su niñez y su
origen, sino valorar más lo aprendido, pues cuando tiene la oportunidad de
hablar de su amor por su pueblo que lo
vio nacer, Santa Cruz de El Seibo, las buenas cosas que vivió en su
niñez, como: Volar chichiguas en el barrio Buenos Aires, bañarse en los ríos
Soco y Seibo, en las dos bocas y la piedra redonda, recordar a sus amigos el
pelotero Cesarin Gerónimo, Luisito Chahín Tuna, Tony Rubirosa, Cristóbal Mercedes
(Deguañangue), José Tavárez, Rafael Rodríguez (Bambana), Soraya Chahín, Jorgito
Chahín, Carlos Alfredo Fatule, Sergio Sorrilla, entre otros.
Con
nostalgia recuerda Chiquin cuando se levantaba temprano por la mañana, que en
la casa de sus padres, donde él se criò había una terraza, cerca de la cocina,
de donde se veían los campos y las praderas de la sección Las Cuchillas, El
Cabao, también el rio Seibo y la confluencia “Las dos Bocas”, pero el recuerdo
más bello según él (Francisco), que tiene de El Seibo son las madrugadas con
sus padres (Alfredo y Baita) en la cocina, en la terraza mirando como el sol se
levantaba por encima de la Cordillera Oriental por las lomas de las Cuchillas y
El Cabao.
Según
Casanova, él dice: “El Seibo es un pueblo que tiene demasiado encantos como son
las corridas de toros, los atabales de Nino Solano, el mabí seibano, el dulce
de leche de doña Tula, los dulcitos de arroz con piña de Lala Guzmán de Nolasco
y sus personajes pintorescos, por eso El Seibo para mi es un encanto, donde disfruto
y canto”.
Francisco
Casanova, es y seguirá siendo “Una
Estampa Seibana”.
Ver video: Casanova habla de su natal El Seibo
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