De: Diario Libre
Santo Domingo.- Dos años sin Freddy son aunque parezca raro, dos años sin esa "boca" que tronaba para denunciar las cosas que la mayoría veía y callaba, la misma boca que llegó a ofender y también pidió excusas.
Son dos años indetenibles, no importa que el dolor nos haga pensar que todo es un sueño y que cualquier día aparecerá y volverá a detener un programa completo para conseguir el dinero de operar un niño, que luego de un ciclón se trasladara a socorrer personas que ni siquiera conocía, como si fueran su propia familia. Dos años sin su risa en las noches, que motivaba la alegría en todo un pueblo que le hizo su defensor, su voz ante cualquier injusticia. Dos años sin Él, que hasta tomó las armas en una guerra civil solo para defender la voluntad del pueblo.
Dos años y cada día le extraño más, dos años y cada día le comparamos más con lo que tenemos en el mundo y nos convencemos de que aunque no pudo cambiar el rumbo de las cosas, por lo menos denunció muchas que no se hicieron para no "oír esa boca de Freddy".
Dos años y seguirán pasando. y ya dentro de un tiempo, solo algunos le recordaremos, los que fuimos testigos de su cambio al final de sus días, los que reímos, aprendimos y a veces lloramos con él.
Si tuviéramos "su bocota" creo que otra cosa serían nuestras quejas hoy en día. Por lo menos a mí, ¡me hace muchísima falta!
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