Por / Florentino Durán
HIGUEY.
El grito de "no te metas" que hizo el control o asistente, al chofer
que conducía el autobús que chocó con una locomotora en el Cruce de
Yuma, segundos antes de la colisión en la que perdieron la vida tres
turistas franceses y 29 resultaron heridos, corrobora la tesis de que el
accidente se produjo por un "error o imprudencia" del conductor.
Los muertos fueron identificados como Plankaert Manieet, Druggo Magiie y
Mezzat Adelakim. De los 22 pacientes ingresados en la clínica Doctor
Virgilio Cedano, de Higüey, 12 fueron dados de alta ayer, y 10 quedan
internados, cuatro de ellos en cuidados intensivos y uno con trauma
craneoencefálico.
Todas las versiones coinciden en que las señales, luces encendidas e
insistente bocina de la locomotora de la empresa Central Romana y las
señales del vigía, Armando Acosta, quien lleva 12 años en el oficio,
fueron correctas y acorde con el protocolo cuando circulaba la máquina
por el lugar, pero el chofer Elías Constanzo, no se detuvo nunca. El
vigía dijo que nunca había visto un accidente en sus 12 años de labor y
dijo no entender qué le ocurrió al chofer, porque ahí "todo el mundo se
detiene, el pito de la locomotora y las luces funcionaron".
Los pacientes, excepto el conductor, fueron visitados por la cónsul de
Francia en el país, Helene Marie Pipí, y el cónsul honorario de Francia
con asiento en La Romana, Jean Michel Cau, quienes calificaron el
accidente como una "tragedia".
En la tarde de ayer un familiar del conductor expresó que no podía hablar por los golpes que recibió.
También se realizaron gestiones para que los heridos dados de alta
regresen a su país por la misma touroperadora que los trajo, en
coordinación con la legación diplomática francesa.
Mientras, el ministro de Turismo, Francisco Javier García, al ofrecer
una rueda de prensa, solicitó una investigación del caso y ordenó
ofrecer facilidades para el traslado de los cadáveres a la nación de
origen de las víctimas.
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