Santo Domingo.- “Continuaremos con el mismo panorama meteorológico que en días anteriores, sensación de calor elevada y poca nubosidad. Las precipitaciones serán mínimas sobre gran parte del país, debido a que la presencia del sistema de alta presión en el Atlántico y el polvo proveniente del Sahara, limitan la formación de nubes de gran desarrollo vertical, y por ende la actividad de lluvias”.
Así inicia el informe meteorológico de hoy, cuando
celebramos el Día Mundial del Medio Ambiente.
Vista aérea de montaña de Las Maravillas, El Seibo. G. Nolasco |
El candente sol y el calor,
acobardan al más valiente, “la calle está hoy más caliente que nunca”,
dice Doña Martha, una señora adulta mayor que debe salir a vender helados por
las calles de Cancino II, en Santo Domingo.
Si bien el calor propicia que los
helados se vendan más rápido, también la hace regresar a su hogar en un estado
lamentable, de sudores y cansancio.
En los medios de comunicación se
habla de iniciativas mundiales y nacionales para proteger el medio ambiente, de
las Cumbres de la Tierra
de Naciones Unidas (Estocolmo, Suecia, 1972; Río de Janeiro, Brasil, 1992;
Johannesburgo, Sudáfrica, 2002), y de la importancia de que nuestros niños y
niñas conozcan, amen y protejan su entorno.
Sin embrago, resulta muy
preocupante que continúen sucediendo hechos como el denunciado por el abogado
seibano Guillermo Nolasco en su perfil de Facebook, donde muestra fotos del
estado de una montaña de Las Maravillas, en Las Cuchillas de El Seibo.
Montaña de Las Maravillas, de El Seibo, sembrada de maíz. G. Nolasco |
“El
método es el siguiente, los dueños les prestan a (inmigrantes) haitianos el
terreno para que tumben los árboles y hagan una cosecha de habichuela o de
maíz, y luego (lo recuperan y los) siembran de yerbas (pasto) para mejorar
animales, (así) han tumbado todos los montes en Las Maravillas de Las Cuchillas
de El Seibo”, afirma Nolasco en una nota que acompaña la foto que ilustra
esta nota.
Muestra
una profunda preocupación, por el empobrecido cauce de los ríos de la zona,
debido a la continua deforestación. “Desde la carretera se ve vegetación en
la montaña, pero por detrás, si lo miras desde la carretera del Cabao, notas
que han desmontado todos los árboles sin que las autoridades de Medio
Ambiente tomen cartas en el asunto”, señala Nolasco.
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