En pocos días el país culmina uno de los procesos más mediatizados de toda su historia democrática. Incluso, me atrevería a decir que el más mediatizado y plagado de mentiras, desde compra de aviones, cuentas ocultas, complots asesinos, enfermedades, entre otras muchas cosas.
Y también se repite como campanario que la campaña electoral ha carecido de propuestas. No es cierto. En verdad ha sido la campaña electoral que ha tenido más propuestas innovadoras, estratégicas y reales desde las elecciones del 1996 cuando Peña Gómez y Leonel Fernández compitieron por la presidencia. La diferencia entre aquel proceso y éste es que ahora todas las propuestas han surgido de un solo lado, y lo que ha faltado ha sido el debate de propuestas.
La campaña de Danilo Medina ha estado marcada, desde principio a fin, por una gran propuesta de nación, una propuesta acabada, madura, progresista, innovadora, y de un sólido contenido social.
Para concebir su oferta programática Danilo partió de la necesidad de transformar el aparato productivo nacional, y convertir al turismo “en la locomotora” que arrastre a los demás sectores de la economía, como la agroindustria, la industria y las PYME. Así, el turismo será el imán que atraerá, en un plazo de cinco años, diez millones de turistas a suelo dominicano, los que consumirán los bienes y servicios de la agroindustria, industria y PYME. Dichos consumidores, sumados a los diez millones de dominicanos, crearán un mercado cautivo de veinte millones. Con ello, llegará la transformación social y las clases marginadas quedarán integradas al proceso productivo, al consumo de bienes y servicios y esta demanda creará unos cuatrocientos mil empleos de calidad. Danilo explicó qué, cómo y cuando.
Buscaba confrontar esta propuesta con otras, pero no las hubo. Por el contrario, como la generalidad de los torneos electorales del país, también este careció de debate de propuestas.
Sin embargo en esta ocasión la nación esperaba y reclamaba que los candidatos con posibilidades reales de llegar al gobierno discutieran en un mismo escenario sus planes de gestión gubernamental, cara a cara, y abiertos a la nación.
Estuvimos realmente cerca de introducir a la campaña electoral dominicana un elemento de fondo y forma valioso.
Pero hay propuestas. Danilo trabajó durante años la estructuración de un plan de gobierno, concebido en función de su experiencia política y en función de la realidad social del país, estructurado acorde con la Estrategia Nacional de Desarrollo.
Para cualquier candidato era arriesgado confrontar la propuesta de Danilo; se trata de la más acabada, madura, progresista, innovadora, y de mayor contenido social que hayan escuchado los dominicanos en las últimas tres décadas.
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